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miércoles, 9 de marzo de 2016

Reseña: El señor de las moscas


               Título: El señor de las moscas.
               Autor: William Golding
               Editorial: Alianza editorial
               Género: aventuras
               Año de publicación: 2010
               Páginas: 286
               Edición: edición de bolsillo



Urdida en torno a la situación límite de una treintena de muchachos en una isla desierta, El Señor de las Moscas es una magnífica novela que admite lecturas diferentes e incluso opuestas. En efecto, si algunos pueden ver en esta indagación de William Golding en la condición humana la ilustración de que la agresividad criminal se halla entre los instintos básicos del hombre, otros podrán considerarla como una parábola que cuestiona un tipo de educación represiva que no hace sino incubar explosiones de barbarie prestas a estallar en cuanto los controles se relajan.




El señor de las moscas cuenta la historia de un grupo de chicos cuyo avión se estrella en una isla desierta, no hay nadie con ellos, ningún adulto, aunque sí una posible bestia de la que viven atemorizados. Ellos solos tendrán que organizarse y aprender a valerse por si mismos para poder sobrevivir a las condiciones de vivir en la isla, a ellos mismos y los unos a los otros hasta que alguien los rescate por fin.

En esta ocasión creo que acerté con la elección del libro, el señor de las moscas es una lectura que he disfrutado mucho.

Aunque al principio da la sensación de que no avanzas nada y se hace muy cuesta arriba por todas las descripciones sumamente detalladas, cuando superas esa parte la trama se convierte en acción y aventura constantes, incluso en el final (que, sinceramente, es muy predecible) continúa ese ritmo de acción, lo que te mantiene  pegado a las páginas hasta acabarlo; pero también es un libro que te hace reflexionar mucho sobre la humanidad en general, y está lleno de símbolos, como el fuego (símbolo de la razón y el sentido común) o la caracola (símbolo de orden y poder) y ese es un aspecto del libro que me ha gustado mucho.

Al no ser un libro muy denso y fácil de entender se puede leer muy rápido y resulta muy entretenido, es un libro que, en mi opinión, se puede disfrutar tanto si es una lectura obligatoria para clase, como si lo lees para pasar la tarde.


En definitiva, es un libro del que no esperaba nada y he sacado mucho, el típico libro que todo el mundo debería leer al menos una vez en su vida.




4'5/5